Qué es un genio, según Kant
En la Edad Moderna confluyen, en primer lugar, las teorías metafísicas, de corte platónico-leibniciano, sobre el genio. Este vendría a ser una especie de ser superior o semidivino, con una fuerza suprapersonal de inspiración. En tal sentido se pronunciaría Shaftesbury (1711), para quien el genio es la revelación del espíritu universal; el artista sería como una pequeña divinidad.
En segundo lugar, comparecen las teorías psicológico-racionales, como la de Helvetius (1758), para quien el genio es una cualidad general humana, penetrable por la conciencia, una facultad creadora y combinadora que existe en varia medida en todos los hombres. De aquí vendría el genio a significar el hombre dotado de especiales facultades espirituales, de superiores facultades creadoras.
Se encuentra, en tercer lugar, la teoría transcedental y extrarracional de Kant. Para éste, el genio no es una potencia misteriosa o divina, un mediador de potencias superiores, ni la personificación de una fuerza creadora de la Naturaleza que origina la idea productiva de la obra de arte, sino una dimensión natural, inconsciente e impenetrable a la conciencia, anclada en la fantasía. El genio es el talento o don natural innato que da reglas al arte[5].
Este talento, como facultad productiva innata, pertenece sólo a la naturaleza. En el genio, facultad innata, la naturaleza toma la iniciativa dando reglas al arte. La regla para el arte es dada por una facultad natural, el genio. Este no da reglas a la ciencia, sino al arte; y no al arte mecánico, sino al arte bello. El científico presupone reglas conocidas que determinan su método. Pero el genio no, aunque conlleve un aprendizaje mecánico[6]. El genio muestra en sus productos, según Kant, las siguientes cualidades: regularidad no-científica, originalidad, ejemplaridad, inconsciencia inicial y libertad de juego. Continuar leyendo