Estructura fenomenológica del deporte
No es raro encontrarse aún en nuestros días con la opinión de que el deporte es básicamente un cultivo progresivo de la actividad muscular. Quizá esta opinión ha sido avivada también por las frecuentes llamadas que los ciudadanos sienten desde organismos oficiales a la práctica del deporte, llamadas que la mayoría de las veces van acompañadas con la imagen de un atleta en pleno esfuerzo muscular. Para deshacer esta opinión baste recordar que hay deportes que apenas requieren actividad muscular y que muchas actividades físicas no entran en el ámbito del deporte.
Importa, pues, establecer en su significado estricto la estructura fenomenológica del deporte. Esta engloba dos grupos básicos de notas: el primero está formado por las notas que afectan al contenido del deporte; el segundo lo integran las notas propias del sentido del mismo. O sea, en la estructura fenomenológica del deporte —en su definición— es necesario que aparezcan un contenido y un sentido. Continuar leyendo