Alexsandr Deineka (1899-1969): “Mujeres soviéticas trabajando”. El pintor –que vivió entre el final de la vanguardia y el realismo– representó de una manera bastante exacta y propagandística la utopía del comunismo soviético. Es uno de los más importantes pintores rusos modernistas figurativos.

Alexsandr Deineka (1899-1969): “Mujeres soviéticas trabajando”. El pintor –que vivió entre el final de la vanguardia y el realismo– representó de una manera bastante exacta y propagandística la utopía del comunismo soviético. Es uno de los más importantes pintores rusos modernistas figurativos.

1. Objetivación, alienación, «kenosis»

La dialéctica entre el hombre y la naturaleza hace posible que, en un momento determinado, el hombre se desconecte de la naturaleza al quedar privado del producto y de los medios de producción. Esta división causa la alienación. ¿Qué es la alienación? En el uso corriente significa pérdida, privación de algo, sobre todo de una facultad (por ejemplo, la mental). Marx supone ese uso corriente; pero hace girar su signifi­cado hacia la situación dialéctica de hombre y natu­raleza: alienación es la pérdida que sufre el hombre de su producto, de su actividad y de su esencia, al pro­yectarlos en un elemento ilusorio o irreal. El hombre que no tiene medios de trabajo tiene que vender su fuerza de trabajo, por lo que se queda sin producto y sin esencia.

El término «alienación» fue utilizado técnicamente también por Hegel para expresar la escisión entre el sujeto y la sustancia, o sea, entre la actividad y la pa­sividad, entre el dinamismo puro y la petrificación. Sujeto es autoactividad y devenir; sustancia es an­quilosamiento y reificación del movimiento. Cuando el sujeto se proyecta como sustancia la vida se hace cosa y la actividad se detiene: el sujeto pasa a ser ex­terior a sí mismo, se produce la exteriorización (Entäusserung), el extrañamiento (Entfremdung), es decir, la alienación. Hegel piensa que la alienación tiene que darse para que el despliegue de la Idea ab­soluta se enriquezca, precisamente superando la alie­nación. Marx afirma que Hegel confundía «objetiva­ción» o exteriorización con «alienación» e intentaba eliminar la alienación superando la naturaleza en la que la Idea se había extrañado. Marx replica que la «objetivación» es un proceso por el que el hombre ne­cesariamente se expresa o se exterioriza en la na­turaleza por medio del trabajo: no es la manera de hacerse el sujeto ajeno a sí mismo; sino la manera de expresarse naturalmente. Por tanto, la «objetivación» no es un mal, sino el único modo por el que el hombre realiza su unidad con la naturaleza. En cambio, la «alienación» es un proceso por el que el hombre se convierte en cosa y viene a ser extraño para sí mismo, hasta el punto de que no se reconoce. La alienación es un mal, un daño que se inflige al hombre. ¿Quién causa este daño? La sociedad capitalista, dice Marx. La «objetivación» es la dialéctica básica de la relación con la naturaleza; es la dialéctica de necesidad y sa­tisfacción, de sujeto y objeto, por medio de la cual ad­quiere el hombre su subjetividad mediante la obje­tividad: el hombre se hace objeto para sí mismo tra­bajando la naturaleza. En cambio, la «alienación» es un proceso de pérdida. El sujeto alienado es el hombre que existe de forma inhumana, o sea, que no es to­davía verdaderamente sujeto. En la «alienación» no hay todavía «historia del sujeto», sino prehistoria; la historia propiamente dicha surge cuando el hombre es plenamente sujeto. Continuar leyendo