1. Cambio y pesimismo
Para un antiguo la historia humana se asimila a la del mundo de las cosas naturales, cuyo despliegue temporal posee una estructura circular; de modo que la libertad del hombre singular es absorbida por lo inexorable del acontecer cósmico, el cual se refleja en los períodos cíclicos de las civilizaciones.
¿Poseían los griegos un órgano apropiado para percibir la historia? ¿Tenían «sentido histórico»? No han faltado autores (como E. Schwarz, W. Netsle y Max Müller) que opinan que el mismo hecho de una historiografía griega (Heródoto, Tucídides, Polibio) prueba la existencia de un sentido histórico. Pero ¿se puede pasar directamente de la presencia de aquélla a la existencia de éste? Debido a la convicción, por los antiguos sentida, de una ley inexorable y fatal que los regía, no llegaron a dos factores concretos e indispensables que articulan el sentido histórico: el papel transcendente de la actividad libre en el proceso temporal y la función unificadora de un ideal común (universal) al que tendiera ese proceso[1]. Continuar leyendo