Ideología y cultura
1. En la medida en que todas las aspiraciones del mundo de la praxis conquistan el ámbito de la cultura[1] y desalientan el auténtico saber, se pierde también la libertad cultural. Esa es la vía de la autodestrucción de la cultura: que venga a ser un saber al servicio de un determinado sistema de poder ajeno a ella misma, a su valor teorético, renunciando a su tarea de trascender el mundo de la praxis. A esta reducción hay que llamar ideología y por ella se desvirtúa la relación que se establece entre sociedad y cultura[2].
El marxismo ha sabido ver agudamente la estructura de la ideología, como expresión de los intereses o las necesidades de un grupo social. Marx no usó el término “ideología” para designar su posición, sino la de sus adversarios burgueses. Para Marx y Engels la ideología encierra por lo menos tres notas fundamentales.
La ideología es, en primer lugar, una supraestructura. Para Marx las ideas no se despliegan según la lógica postulada por un vago idealismo, sino que están determinadas por la base de los factores externos del orden social. La ideología es así un sistema de determinadas concepciones, ideas o representaciones sobre las que se apoya una clase o un partido político. Continuar leyendo